Utiliza Espresso Italiano Lavazza (café premolido o de grano entero).
Moca para 3 tazas (si usas una moca más pequeña la calidad no será buena).
Hierve al menos 120 ml de agua filtrada o de botella.
Muele 20 gramos de café a un grosor medio-fino. La textura debe ser similar a la de la sal de mesa, pero no tan fina como la que se utilizaría en una máquina de café espresso.
Vierte 120 ml de agua hervida en la cámara inferior de la moca. Si cubre la válvula, la moca es demasiado pequeña. Para esta receta debemos usar una moca para 3 tazas. Una moca con menos capacidad será demasiado pequeña.
Agrega los 20 gramos de café molido a la cesta de la moca. Nivela el café agitando ligeramente la cesta. No apisones ni comprimas el café.
Con la ayuda de un paño (la moca estará muy caliente), coloca la cesta en su lugar, sobre la cámara inferior. Luego, enrosca la cámara superior. Asegúrate de que esté bien enroscada y completamente sellada.
Pon la moca a fuego lento o medio. Si usas una cocina eléctrica con una gran superficie, puedes colocar la moca a un lado con el asa en dirección contraria al calor. Esto ayuda a evitar que el mango se caliente demasiado.
Espera a que la moca empiece a hacer el café. Deja la tapa abierta. Verás que un chorro constante de café preparado fluye hacia la cámara superior de la moca. Cuando este chorro deje de fluir de forma constante y empiecen a aparecer burbujas, retira inmediatamente la moca del fuego y coloca la cámara inferior en un recipiente con agua a temperatura ambiente para enfriarla.
Ahora deberías tener aproximadamente de 60 a 65 ml de café preparado. ¡Sírvelo en tu taza y disfrútalo!
Si está agrio, se ha extraído poco café, por lo que debes utilizar un molido más fino.
Si está amargo, se ha extraído demasiado el café, por lo que debes utilizar un molido ligeramente más grueso.
Si no es desagradablemente amargo o agrio, el tamaño de molido era el adecuado y puedes consumir este café solo (delicioso) o puedes pasar al siguiente paso y hacer un cappuccino.