El café frío no es tan solo una bebida para disfrutar en un bar. Esta refrescante bebida también puede acompañarte en un momento de relajación en tu hogar, y puedes prepararlo tú mismo. El Cold Brew es una versión refinada y sabrosa del café frío. Difiere del café helado estándar, que se prepara caliente y luego se le agrega hielo para enfriarlo.
El Cold Brew Coffee requiere agua fría desde el comienzo del proceso, y los granos se remojan en lugar de prepararse en infusión. No te preocupes; no es tan complicado como parece. Descubre cómo preparar Cold Brew en casa con nuestra guía paso a paso y algunos consejos útiles.
Antes de aprender a preparar Cold Brew Coffee en casa, necesitas contar con los instrumentos adecuados. Lo bueno de este tipo de café es que puedes prepararlo de forma sencilla o dedicarle un poco más de tiempo y atención. ¡Todo depende de cuán seriamente te tomes tu café!
Agregamos algunos consejos y variaciones para que sea más fácil para todos. Necesitarás lo siguiente para empezar.
Para preparar Cold Brew Coffee debes empezar eligiendo los granos o el café molido que te guste. Vale aclarar que con el proceso de remojo se obtiene una taza intensa, así que ten eso en cuenta al seleccionar el mejor café para tu Cold Brew.
Si generalmente compras granos y los mueles, puedes seguir haciéndolo al preparar esta bebida. Recomendamos usar una molienda gruesa, ya que funciona mejor para el remojo y el filtrado. Si compras café molido, elige una molienda gruesa para el café de prensa francesa, para obtener los mejores resultados.
En el paso siguiente debes decidir la relación de Cold Brew Coffee. En la mayoría de los casos, puedes usar una parte de café por seis partes de agua sin gas a temperatura ambiente. Agrega el café molido en la jarra, asegurándote de que esté húmedo, y cúbrelo con agua fría. Revuélvelo y déjalo remojándose por 12 a 16 horas. Si tienes espacio, puedes dejarlo en el refrigerador para que se mantenga frío.
Ahora es el momento de revolver suavemente y de quitar el café molido filtrando el líquido. Vierte el líquido en un embudo recubierto con un filtro de café, papel de cocina o muselina sobre otra jarra.
Te recomendamos que te fijes en la mezcla para ver si está turbia y comprobar que no tenga restos de café molido. En ese caso, vuelve a filtrar el líquido una o dos veces más, o las veces que quieras.
El concentrado puede guardarse en el refrigerador por tres a cinco días. Para lograr un Cold Brew Coffee perfecto, diluye un tercio de concentrado por dos tercios de agua y luego viértelo sobre hielo en un vaso y agrega leche y azúcar a gusto. Recuerda, ¡es un café intenso!
Ya casi terminamos. Aquí encontrarás nuestros mejores consejos para preparar Cold Brew.