Una de las bebidas más solicitadas por los amantes del café de todo el mundo es el flat white. En Internet se debate mucho sobre el origen exacto del flat white. Hay quienes dicen que tiene su origen en Sídney, Australia, en 1985, en el Moors Espresso Bar, donde el propietario afirma haber creado la bebida. Otros no están de acuerdo e insisten en que el flat white proviene de Nueva Zelanda.
Independientemente de su origen, lo que sí sabemos con certeza es que el flat white se ha convertido en un pedido básico en cafeterías, cafés y restaurantes de todo el mundo. Los que busquen una experiencia con calidad de barista en casa pueden seguir esta guía paso a paso para preparar el flat white perfecto.
Para preparar un auténtico flat white, necesitarás una máquina o una cafetera de espresso y un espumador de leche.
En cuanto a los ingredientes, necesitará unos 60 ml de espresso (una medida doble) y 140 ml de leche para preparar una taza.
Instrucciones:
Con tantos tipos diferentes de bebidas de café en el menú, puede resultar confuso entender en qué se diferencian. Si alguna vez te has sentido desconcertado al leer el menú de una cafetería, ¡no eres el único!
Las tres bebidas son similares, ya que se componen de los mismos dos ingredientes clave: café espresso y leche.
Sin embargo, la proporción y la preparación de la leche marcan la mayor diferencia.
En primer lugar, un latte, o café latte, como a veces se le llama, se compone normalmente de lo siguiente:
Un café latte suele servirse en un vaso alto para que se vean las distintas capas de café y espuma de leche. La proporción de café espresso y leche debe ser de una parte de café por dos de leche.
Un cappuccino es más parecido a un flat white en cuanto a sus cantidades:
Esta bebida espumosa de café suele servirse en una taza más baja.